Fuente: El Público
El Partido Popular siempre ha tenido mucha suerte con el paro. ¡Cuántos partidos en el mundo quisieran para sí mismos una suerte así! Si hasta el 20 de noviembre de 2011 toda la culpa de los cinco millones de parados era exclusivamente de Zapatero, a partir de esa fecha el incremento del desempleo ha empezado paulatinamente a dejar de ser culpa del anterior presidente del Gobierno sin que, milagrosamente, haya empezado a serlo del presidente actual.
Por fin la culpa del paro la tiene la maldita crisis económica internacional. Por fin ha desaparecido del discurso político y periodístico que el Gobierno tenga responsabilidad directa en el empeoramiento de las cifras de empleo, y no ya en las cifras de enero o incluso de febrero, sino ni siquiera en los más de 600.000 nuevos parados que este negro 2012 va a sumar a la estadística del desempleo. Puesto que gobernando el PP rozaremos al término de este año los seis millones de parados, da escalofríos pensar qué no habría ocurrido si, en vez de tener como tenemos la suerte de que nos gobierne el astuto Rajoy, siguiéramos teniendo la desgracia de que en la Moncloa continuara el inútil Zapatero. ¡Fijo que de siete millones no bajábamos a finales de 2012!
Pero la suerte del PP con el paro no acaba ahí. Los milagros a su favor siguen sucediéndose al sur de Despeñaperros. Mientras en el resto del país la culpa del paro ha empezado ¡por fin! a ser de la crisis internacional, de la recesión, de la contracción del consumo o de la falta de crédito, pero en ningún caso ¡gracias a Dios! del Gobierno, en Andalucía el millón largo de parados continúa siendo milagrosamente culpa de los socialistas en general y del presidente Griñán en particular.
No ocurre lo mismo, por fortuna, en comunidades como Valencia o Murcia, a quienes la catastrófica gestión del Gobierno de Zapatero dejó en herencia tasas de paro superiores al 20% que por desgracia seguirán aumentando este año a causa, como ahora sabemos, de la crisis internacional, si bien el incremento que se produzca, aun siendo alto, no será ni por asomo todo lo dramático que podría haber sido si en vez de gobernar en esos territorios unos linces de la creación de empleo como Ramón Luis Valcárcel o Alberto Fabra, tuvieran la desgracia de que lo hicieran irresponsables como Chaves o Griñán.
El aspirante a la presidencia de la Junta de Andalucía, Javier Arenas, adelantó ayer en Granada que la semana que viene sin ir más lejos tiene previsto anunciar sus cien medidas de gobierno, el 90% de las cuales irán dirigidas precisamente a combatir el insoportable desempleo que Zapatero, Chaves y Griñán han dejado en Andalucía. Seguro que las medidas van a ser la traca. Tal vez no tengan efecto inmediato este mismo año, debido sin duda a los perversos efectos de la crisis internacional y a los 30 años de nefastos gobiernos socialistas, pero eso casi es lo de menos, lo que cuenta es que por fin alguien en esta comunidad dejada de la mano de Dios se atreve de una vez por todas a mirar cara a cara al morlaco del paro y a torearlo como se torean estos bichos, con temple, con coraje y hasta con su puntito de gracia. Se va a enterar el desempleo de lo que es combatirlo de verdad, pero de verdad de verdad, combatirlo sin descanso, sin piedad, hasta la extenuación, sin darle un respiro, pueblo por pueblo, barrio por barrio, polígono por polígono.
El dirigente del PP Esteban González Pons, buen amigo de Arenas, ya dijo durante la campaña que tenía unas cuantas ideas para crear tres millones de empleos en un abrir y cerrar de ojos. Por desgracia, Rajoy no supo valorar su propuesta y dejó a Pons fuera del Gobierno, pero Javier Arenas bien que podría traérselo al acto de presentación de sus cien medidas estelares para crear empleo.
El mundo económico y empresarial está en ascuas esperando que llegue ese día. Es más, seguro que también están en ascuas sus compañeros de partido Valcárcel o Fabra, deseosos ellos también de saber de una maldita vez qué es lo que hay que hacer para acabar con el paro. Viendo lo que ha sucedido en España, la primera, principal y más urgente de las medidas, en cualquier caso, ya sabemos cuál será: que las elecciones andaluzas del 25 de marzo las pierda el PSOE para que la culpa del paro deje de ser del Gobierno andaluz y empiece a ser de la crisis internacional.
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